Columna del Obispo – Deseo para todos una bendita Navidad

“Hoy ha nacido para ustedes un Salvador que es Cristo el Señor.” (Lucas 2:11)
Este es el anuncio del nacimiento de Jesús hecho por el ángel a los pastores que pastoreaban sus rebaños en Belén, cuando Jesús nació de la carne de la Santísima Virgen María. Ésta es la Buena Nueva. Somos el “ustedes” a quien se dirige a través de los pastores. El magnífico oratorio coral compuesto por Handel, El Mesías, recibe la intención del mensaje angelical cuando canta: “Porque un niño nos ha nacido; un Hijo se nos ha dado”. Jesús, el Hijo de Dios, Salvador, Cristo y Señor, nació para nosotros. Esta interrupción de Dios a nuestro favor en el curso de los acontecimientos humanos que recordamos y celebramos en la Navidad es también acerca de nosotros a quien Dios nos ha dado Su Divino Hijo para ser nuestro Salvador, Cristo y Señor.
Durante esta temporada Navideña, démosle la bienvenida a Él en nuestras vidas porque necesitamos un Salvador para salvarnos de nuestros pecados que nos impiden ser más como Él. Que Cristo nos unja con Su amor que calma las dificultades, tristezas y luchas que todos enfrentamos. Acudamos a Él que es nuestro Señor. La oración, ya sea personal, o en familia, o en la Misa dominical, está dirigida a Nuestro Señor que nos oye cuando decimos: “Señor, Señor.” La historia de la Natividad nos ofrece esperanza, no sólo durante la Navidad, sino durante todo el año. Su gracia está a disponible para todos los que la aceptan. Que usted pueda experimentar esto durante estas festividades.
A medida que pasamos de la anticipación del Adviento a la celebración alegre de la Navidad, nuestros pensamientos se dirigen al nacimiento de Jesús, verdaderamente Dios y verdaderamente humano, y a Su Madre María y a José, su esposo. Aunque fueron elegidos por Dios para un propósito extraordinario, María y José fueron verdaderamente humanos y tan susceptibles a la ansiedad y el miedo como cualquiera de nosotros. Más de 2,000 años después, siguen siendo un ejemplo inspirador para todos.
Ellos eran un matrimonio de muy pobre y sin hogar en el momento del nacimiento de Jesús. Viajando una distancia en un territorio desconocido, esperando un bebé en cualquier momento, su fe en Dios era su mayor fuerza y consuelo. Su humanidad es impresionante y hay mucha gente paralelos con su situación en nuestro mundo actual.
¿Cuántas veces tenemos miedo de lo que está por venir? ¿Obligados a seguir avanzando cuando tal vez nuestra primera reacción es el miedo paralizante? Como María y José, también nosotros hemos sido tocados por Dios. A través de la fe en Dios podemos encontrar la fuerza y el consuelo que ellos encontraron. Abrazando a Jesucristo como ellos lo hicieron nosotros también podemos superar cualquier temor que nos amenace. La historia de Natividad es una de triunfo para una nueva familia.
¿Cuántas familias hoy se encuentran en situaciones similares a la Sagrada Familia de Belén, como las familias obligadas a abandonar su vivienda por razones económicas o las familias de refugiados que buscan un albergue seguro y pacífico? ¿Podemos imaginar lo insuperables que deben ser sus circunstancias? Imaginemos a María y a José en el establo, tranquilos y pacíficos, con su hijo pequeño acostado en un pesebre lleno de paja en donde se alimentan los animales. Aquí en carne humana está el Salvador, Cristo nuestro Señor, que nos ha sido dado por el Padre.
Deseo para todos una bendita Navidad. La Navidad es el amor de Dios, puro y simple. La Buena Nueva es que el amor de Dios se da HOY a ustedes para conocerlo y experimentarlo. Que Cristo, el Salvador, nuestro Señor y Dios, permanezca con ustedes y los suyos en cada momento del Año Nuevo 2017.

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